sábado, 3 de abril de 2010

Se Hundía


Casi se hunde, hubiéramos jurado que no hacía aguas, pero para cuando nos dimos cuenta ya hubo que reflotarlo. Zozobrada por todas partes, y nosotros mientras tranquilos, creyendo que estaba todo bien, confiados en que, mientras no saltasen las alarmas, no hacía falta reconocer nada. Obviamente nos confundimos, debimos haber, por lo menos, echado un vistazo al interior, de vez en cuando, para comprobar si todo estaba bien. Quizá si hubiésemos actuado de ese modo, no hubiésemos tenido que llamar a expertos para sacarlos a flote, y entre todos, juntando nuestros conocimientos y el cariño, hubiéramos conseguido evitar el daño que nos sobrevino aquella fatídica mañana. ¿Quién hubiera supuesto, ese caluroso día de primavera, qué lo que comenzó como un paseo entre amigos iba a terminar así?.
Ahora sólo queremos que se mejore, que vuelva a nuestro lado esa pícara mirada, volver a escuchas sus marchitos discursos y esa loca risa de soñador.

1 comentario:

  1. Nunca esperamos los naufragios. Suceden siempre de repente. Y después nos culpamos por no haber achicado el agua a tiempo.
    Espero que tu barco se pueda reparar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar